En la chinampa Atlocti, producimos hortalizas agroecológicas
La agricultura ha sido desde siempre, y en todas la culturas, una actividad de tal importancia que se la ha considerado como el origen de la civilización. Las chinampas son un sistema de agricultura característico de la Cuenca de México, que consiste en que la base de su estructura se sienta en zonas cenagosas y de poca profundidad, donde existen cantidades abundantes de vegetación acuática, agua y lodo. Por lo general la forma de las chinampas es rectangular, ya que esta característica alargada y estrecha permite una mayor filtración de humedad a los cultivos. Esta característica le proporciona la particularidad de ser un modelo de agricultura sustentable e intensivo, ya que la materia orgánica se fermenta y se encuentra en la base de la estructura chinampera, donde interactúan constantemente todos los elementos biológicos.
El paisaje de las chinampas ha sido un oasis ambiental y cultural que se encuentra amenazado y merece y necesita ser preservado. Y como referían los surrealistas franceses acerca de México, el mundo que han creado es tan estéticoque no necesita de arte. (Alberto Blanco) Y es que quizá los agricultores al crear las chinampas no se propusieron crear arte pero al construir un paisaje tan estético es responsabilidad de sus ciudadanos conservarlo pues este paisaje que es arte, a la vez que es cultura, historia, tradición y una forma de vida.
En la actualidad, las condiciones ambientales han mermado drásticamente su extensión original, ya que la extracción del agua de los canales ha provocado la decadencia en sus niveles, lo que produce el hundimiento paulatino del suelo lacustre. Esta situación ha dado origen a una alarmante disminución de la productividad en las chinampas y del desarrollo de actividades agrícolas diferentes de las tradicionales, lo que pone en riesgo la pervivencia de este ancestral sistema de agricultura. En menos de un siglo se ha roto en pedazos esta armonía ecológica, llevándola a limites delicados de subsistencia. La realidad actual de las chinampas es de una lucha constante por existir.
La agricultura en chinampas es mucho más que un vestigio, pues involucra procesos de conocimiento transmitidos de generación en generación, es una forma de cultivo muy particular y una forma de relacionarse con las aguas de la cuenca que sólo puede entenderse en el marco de la larga duración, pues se trata de un sistema flexible que los chinamperos han sabido adaptar de acuerdo a los cambiantes contextos económicos, políticos y sociales que le ha tocado vivir desde la época precortesiana hasta nuestros días. Hoy en día sólo pueden encontrarse chinampas en Xochimilco y Tláhuac. Dentro de estos espacios de cultivo se estima que existen 60% de chinampas abandonadas, principalmente debido a la desecación de los canales en Xochimilco, que provocó un importante desnivel en la tierra, y esto ha repercutido de forma negativa en las chinampas pues muchas de estas tierras se inundan constantemente o se secan.
En Lum K ´ inal, nos sumamos a la lucha por la perviviencia de la zona chinampera en el Lago de Xochimilco, ya que reconocemos el profundo impacto transformador que tiene la agricultura en la sociedad, por lo cual cultivamos la chinampa con los principios de la agroecología donde las parcelas de cultivo se entienden como un [agro]ecosistema, promoviendo la biodiversidad nativa y de hortalizas cultivadas, conocido como policultivo. Adicionalmente, la agroecología también puede ser entendida como un movimiento social, ya que se busca recuperar los saberes y conocimientos tradicionales cuya cosmovisión no solo es compatible con la conservación de los ecosistemas; si no que muchas veces promueve un aumento en la biodiversidad y permanencia en el tiempo de los ecosistemas y saberes bioculturales, llevando a una defensa del territorio. Bajo éste esquema, en la chinampa “Atoctli” trabajamos la producción de hortalizas, plantas aromáticas y medicinales, utilizando abonos y fertilizantes orgánicos además de la conservación de nuestros suelos, en armonía con la fauna y la flora nativa de los humedales. La producción agroecológica de las hortalizas propicia la conservación del lago de Xochimilco, debido a que la agroecología es una práctica amigable con el ambiente, e incluso puede promover y aumentar la biodiversidad en un sitio.