AUTORA: Nat
La agricultura ha sido desde siempre, y en todas la culturas, una actividad de tal importancia que se la ha considerado como el origen de la civilización. En el caso de la cuenca de México, varios investigadores coinciden en que, debido a las características físicas de la cuenca, el motivo de la sedentarización y el comienzo de la civilización no tienen origen con la agricultura, pues ésta se desarrolló tiempo después, convirtiéndose con el paso del tiempo, en un método novedoso y sostenible que ha sobrevivido a la destrucción del paisaje. El desarrollo de la civilización se adscribe a la relación que entablaron los pueblos con las aguas de los lagos. "En la época prehispánica el agua fue un elemento muy importante en la cosmovisión de los antiguos. Se estima que en la cuenca de México fueron los lagos el motivo de la sedentarización de los pueblos ribereños, pues la pesca así como otras formas de existencia relacionadas a los lagos sedujo a los pueblos" (Aguirre 23). Al ser el agua el elemento más importante en la vida de los pueblos ribereños y la agricultura una actividad de suma importancia, se desarrolló la agricultura en chinampas que históricamente ha sido muy eficaz y sostenible. En ella se ha dejado plasmado el ingenio humano, pues el sistema de agricultura chinampero implica un profundo conocimiento sobre el manejo de las aguas de los lagos que contenían la Cuenca de México. Existen evidencias arqueológicas sobre el desarrollo de agricultura lacustre en regiones ajenas a la Cuenca de México, por ejemplo, en Teuchitlan en Jalisco, donde las obras hidráulicas que se desarrollaron comparten similitud con el sistema de agricultura chinampera del centro del país. Asimismo, las investigaciones arqueológicas muestran que en el área maya se desarrolló también una forma de agricultura similar a la de la Cuenca de México; los famosos campos levantados. El origen de la agricultura en chinampas en la Cuenca de México se basa en varias teorías: "La introducción de la agricultura a la Cuenca[...] de acuerdo con el arqueólogo William Sanders, puede haber ocurrido alrededor de 3 200 años y probablemente fue introducido desde el valle de Morelos, por esto que las primeras aldeas surgieron cerca del paso que conecta la cuenca con ese valle" (Pozo 43). También se cree que el surgimiento de la agricultura chinampera tiene origen en Teotihuacán. "En tierras contiguas a manantiales de la zona urbana de Teotihuacán, se han detectado obras hidráulicas influyendo canales de irrigación y plataformas que datan de principios de nuestra era y que podrían haber sido utilizadas para cultivos[...] esta práctica llegó a su máxima extensión en el valle de Teotihuacán dos o tres siglos más adelante[...]los teotihuacanos han demostrado que tenían los conocimientos y la capacidad para llevar a cabo obras hidráulicas (la canalización del rio san Juan por ejemplo, adaptándolo a la taza ortogonal en torno al centro de la ciudad) lo cual hace factible que hubieran transformado ciénagas en campos de cultivo elevados durante esta época" (Pozo 45). Con el desarrollo del imperio azteca las áreas de cultivo en chinampas crecieron considerablemente, sobre todo en zonas de agua dulce. "Cuando los grupos humanos del área se hicieron sedentarios y empezaron a organizarse en pequeños poblados ocupando las partes bajas del valle[…]que poseían un buen potencial productivo y adecuada humedad, pero que al mismo tiempo se encontraban cerca de áreas más elevadas como para evitar inundaciones en época de lluvias" (Ezcurra 32-33). Esta adaptación cultural fue tan exitosa que para el siglo xvI gran parte de los lagos en la Cuenca de México estaban poblados por chinampas: “A la llegada de los españoles, la región de Xochimilco-Chalco estaba cubierta de agricultura de chinampa en una extensión aproximada de 9,000 a 10,000 hectáreas” (Sanders 14). Las chinampas son un sistema de agricultura característico de la Cuenca de México, que consiste en que la base de su estructura se sienta en zonas cenagosas y de poca profundidad, donde existen cantidades abundantes de vegetación acuática, agua y lodo. Por lo general la forma de las chinampas es rectangular, ya que esta característica alargada y estrecha permite una mayor filtración de humedad a los cultivos. Esta característica le proporciona la particularidad de ser un modelo de agricultura sustentable e intensivo, ya que la materia orgánica se fermenta y se encuentra en la base de la estructura chinampera, donde interactúan constantemente todos los elementos biológicos. Además, deben existir características geográficas adecuadas, como la existencia de cuerpos de agua alimentados por manantiales y desagüe para facilitar el drenaje y prevenir la acumulación de sales. El paisaje de las chinampas podría pensarse como una excepción a la regla en la historia de esta ciudad, ha sido un oasis ambiental y cultural que se encuentra amenazado y merece y necesita ser preservado. Y como referían los surrealistas franceses acerca de México, el mundo que han creado es tan estético que no necesita de arte. (Alberto Blanco) Y es que quizá los agricultores al crear las chinampas no se propusieron crear arte pero al construir un paisaje tan estético es responsabilidad de sus ciudadanos conservarlo pues este paisaje que es arte, a la vez que es cultura, historia, tradición y una forma de vida.
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