AUTORA: Nat
En la actualidad, las condiciones ambientales han mermado drásticamente su extensión original, ya que la extracción del agua de los canales ha provocado la decadencia en sus niveles, lo que produce el hundimiento paulatino del suelo lacustre. Esta situación ha dado origen a una alarmante disminución de la productividad en las chinampas y del desarrollo de actividades agrícolas diferentes de las tradicionales, lo que pone en riesgo la pervivencia de este ancestral sistema de agricultura. En menos de un siglo se ha roto en pedazos esta armonía ecológica, llevándola a limites delicados de subsistencia. La realidad actual de las chinampas es de una lucha constante por pervivir. La relación que ha tejido la ciudad con sus espacios naturales deja en entredicho la responsabilidad que se tiene sobre las formas de apropiación de los recursos naturales, pues los problemas socioambientales de la ciudad tienen origen en un modelo de desarrollo que produce una suerte de desmemoria la cual parece olvidar que la riqueza natural ha prevalecido gracias a la memoria de los pueblos originarios quienes han sabido defender esa riqueza a sabiendas de que hoy en día es escasa. El comienzo de la escases de recursos se encuentra en la idea de progreso que se desarrolló en el siglo XIX. Desde entonces se han pensado los recursos naturales como materia prima, sin reconocer que el respeto por la naturaleza es imprescindible para asegurar el desarrollo de sociedades sanas y sostenibles. La raíz de la decadencia en la que se encuentra el sistema de agricultura chinampero se encuentra ahí, en ese modelo de desarrollo. Con la extracción de agua de los canales se solucionó temporalmente la insaciable sed de la metrópoli, esto, a costa de destruir los lagos y de contaminar sus aguas causando graves problemas ambientales que han ocasionado graves problemas ambientales para la zona chinampera. "El hundimiento en Xochimilco promedió diez centímetros al año entre 1982 y 1992 y que este promedio aumentó durante la siguiente década alcanzando hasta los quince centímetros por año [...] el suelo de la zona chinampera podrá colapsarse en el corto plazo esto origina tales diferencias de nivel de suelo que, por ejemplo, existen áreas en la zona chinampera de San Gregorio Atlapulco y San Luis Tlaxiltemanco que se inundan y otras que tienden a la desecación" (Terrones 100). Esta lamentable situación gradualmente ha agotado las tradicionales actividades de los agricultores Xochimilcas dejando en jaque el importante papel que estos juegan en la producción y la conservación ecológica. Históricamente Xochimilco ha sido un destino turístico obligado para quien visita la ciudad, pues evoca recuerdos maravillosos del bello paisaje que cobijaba la Cuenca de México, rodeado de cristalinas aguas y coloridas canoas cubiertas de variedad inmensa de flores que reconfortan el espíritu, y de su gente siempre amable y humilde que hace pensar a Xochimilco como un maravilloso oasis dentro de la Ciudad. Es en esta contrariedad donde cobran relevancia las zonas rurales para la Ciudad de México. "Durante los últimos 100 años, sin embargo, esta historia se ha tejido sobre una doble contradicción: ha prevalecido la imagen de la región lacustre, fértil como ninguna, dotada de abundantes manantiales, con canales navegables y un espectacular paisaje digno de verse, mientras ha ocurrido un proceso de desecamiento del lago, de deforestación acelerada, intensa urbanización y deterioro ambiental de profundas consecuencias negativas". (Terrones 102). En esta realidad poco esperanzadora es importante mencionar que los xochimilcas han luchado desde siempre por defender su medio ambiente que representa el motor de su identidad y ha moldeado su particular forma de vida, pues históricamente se han esforzado por mantener la zona chinampera y el lago, ya que al formar parte de una relación simbiótica no existiría una sin la otra. Un ejemplo de la resistencia que han ejercido los xochimilcas ante los efectos del modelo de desarrollo que se efectuó en la ciudad es la presión que los pobladores ejercieron hacia el gobierno de la capital cuando extrajeron el agua del canal de Xochimilco. La zona chinampera, y en general todo el ecosistema, estuvo a punto de colapsarse. El lago fue rellenado con aguas negras como una respuesta a la presión de los agricultores. Si bien es cierto que en ese hecho se encuentra la raíz de numerosos problemas ambientales y sociales que enfrenta el pueblo de san Gregorio Atlapulco, también es una realidad que gracias a la exigencia de sus pobladores la zona chinampera sigue perviviendo. En esta exigencia por conservar su medio se dibuja la idea que las zonas rurales de la ciudad resisten por la idea de conservar su identidad, en esta resistencia está también la importancia que tienen los pueblos originarios para la Ciudad de México. Esta realidad deja clara la idea que los pueblos originarios no son sociedades que quedaron en el pasado; se encuentran en el presente haciendo historia, siendo participes de los cambios, transformándose, adaptándose a las condiciones cambiantes del tiempo, dejando clara la idea que no son pueblos totalmente rurales, pero tampoco totalmente urbanos pero sí conscientes de la crisis ambiental, que no es una crisis sólo de ellos, sino que es una crisis que enfrentamos todos. La agricultura en chinampas es mucho más que un vestigio, pues involucra procesos de conocimiento transmitidos de generación en generación, es una forma de cultivo muy particular y una forma de relacionarse con las aguas de la cuenca que sólo puede entenderse en el marco de la larga duración: “se trata de un sistema flexible que los chinamperos han sabido adaptar de acuerdo a los cambiantes contextos económicos, políticos y sociales que le ha tocado vivir desde la época precortesiana hasta nuestros días” (Terrones 119). Por tanto, esta flexibilidad que les caracteriza les ha permitido adaptarse a las nuevas necesidades y condiciones del medio ambiente, luchando por conservar sus características esenciales por medio de sus campesinos quienes a través de un profundo conocimiento heredado de sus antepasados conservan el respeto por la tierra, tratando de preservar la cualidad particular de las chinampas: el ser sustentables, pues los chinamperos son portadores de una cultura que, a pesar de los cambios intensos que ha sufrido se mantiene aún a través de la relación entre la chinampa el lago y sus campesinos. Pese al contexto ambiental en el que está inmersa la zona chinampera; esta es más que una fuente productiva, por la práctica agrícola que históricamente se practica y representa un espacio donde tiene origen la identidad de los campesinos chinamperos, es un espacio rural donde aún se reproducen las tradiciones, a pesar de los cambios. “En ese sentido, la imagen de Xochimilco reconoce la existencia de un medio natural fértil que ha sido sabiamente utilizado y explotado por sus habitantes a lo largo de los siglos.” (Barboza 72) Cambios y continuidades en las chinampas El paisaje en las chinampas ha cambiado drásticamente con el crecimiento apresurado de la Ciudad. La red acuática que se desarrolló en Tenochtitlan para el manejo y control de las aguas de los canales y lagos en la Cuenca de México fue el elemento necesario que dio forma y razón de ser al sistema de agricultura en chinampas. Hasta la década de 1940, el paisaje en las chinampas había sobrevivido, pero el paisaje urbano ganó terreno rápidamente sobre los caminos de agua que sabiamente construyeron los antiguos; entonces los canales fueron desecados y todo se volvió tierra firme. Pero en el paisaje urbano subsistió la huella de la antigua red acuática de la cuenca de México. Con la desecación de los lagos, el sistema de agricultura en chinampas disminuyó considerablemente. "Y con ellas toda una concepción de ciudad: la ciudad lacustre contra la ciudad terrestre española. Sin embargo, las chinampas encontraron su máxima expresión en su modalidad rural. Este paisaje rural formado por las chinampas que conocemos[…]convertido en estampa trivial de Xochimilco es la parte visible de un mundo complejo de saber e imaginación originado hace cientos de años en una naturaleza bienhechora, un mundo que agoniza apenas en estos momentos” (Cristiani 50) En este nuevo modelo de ciudad, el paisaje rural de las chinampas ha sufrido un sinfín de cambios, pero también existe en las numerosas continuidades que le han permitido sobrevivir a la destrucción del paisaje. Estas formas de adaptación han permitido conservar el paisaje rural que de alguna forma sigue manteniendo su esencia a pesar convivir en una ciudad que no termina por comprender la importancia de sus zonas rurales, de 1942 a 1992 la cuenca perdió 80% de los espacios cubiertos por vegetación natural. En la época prehispánica había chinampas en Chalco, Mixquic, Tetelco, Xochimilco, Culhuacán, Iztapalapa, Tlatelolco, Tequixquiac, Xaltocan, Tláhuac, Chapultepec y Coyoacán. Todo este sistema de chinampas cubría el abastecimiento de alimentos para toda Tenochtitlan. "Este sistema agrícola ha sobrevivido a través de las distintas etapas históricas adaptándose cada vez a las condiciones ecológicas reinantes, pero en la actualidad se observa un fuerte decaimiento[…] por el desordenado crecimiento de la ciudad de México, que ha provocado su deterioro ecológico y social" (Terrones 180) Hoy en día sólo pueden encontrarse en Xochimilco y Tláhuac. Dentro de estos espacios de cultivo se estima que existen 60% de chinampas abandonado, principalmente debido a la desecación de los canales en Xochimilco, que provocó un importante desnivel en la tierra, y esto ha repercutido de forma negativa en las chinampas pues muchas de estas tierras se inundan constantemente o se secan. A pesar de que más de la mitad de las chinampas que sobreviven a la ciudad en la actualidad no son cultivadas debido principalmente a los cambios en las actividades productivas.
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